lunes, 3 de junio de 2013

Carta de los papás de Miguel Ángel a nuestro centro de hipoterapia


Miguel Ángel, su monitor y Meli, la directora del centro

Miguel Ángel lleva practicando hipoterapia desde el año 2007, pero durante este último año ha mantenido más continuidad en el ejercicio de esta actividad. Cuando empezó esta terapia iba montado con un monitor que le ayudaba a mantener el equilibrio y una postura correcta.

Miguel Ángel con su monitor
 Actualmente monta solo. Ha mejorado el equilibrio encima de su amigo Tonelete, que no es nada fácil. Ha fortalecido mucho la musculatura ya no está tan hipotónico y esto ha incidido en que su capacidad pulmonar haya mejorado, con lo que ahora un catarro, se queda en un simple catarro sin pasar a mayores.

Miguel Ángel con Tonelete
Está más conectado con el medio que le rodea, ya que una terapia que se realiza al aire libre se aleja mucho de una sala de fisioterapia, con lo cual trabaja “sin darse cuenta”. Interactúa con los monitores, voluntarios y demás niños que se encuentran en ese momento en el recinto. Ha mejorado el lenguaje, no es que haya ampliado su vocabulario, que sigue siendo el que era, pero si se hace entender más y tiene más intención de comunicarse requiriendo tu atención e incluso esto lo ha desarrollado también con los monitores y voluntarios que trabajan con él.

Se le ha despertado un interés visual, táctil y olfativo, ya que a su caballo lo puede tocar, y no es la misma sensación tocar un peluche, y siente que desprende olor, calor y movimiento que es transmitido a todo su cuerpo, todas esas sensaciones son admitidas, asumidas y todo ello pasa a  formar parte de un aprendizaje que su cerebro almacena adecuadamente.

Miguel Ángel preparado para recibir su terapia.
Miguel Ángel sabe perfectamente que los lunes monta a caballo, pero también tiene interiorizado y lo anticipa cuando ya vamos de regreso a casa, que va directamente a la ducha, en la que colabora más activamente que el resto de los días.

Él se divierte “trabajando” y aprende “trabajando”.

Es admirable lo que se puede conseguir con esta terapia, también hay que dar las gracias a todo el equipo de profesionales y voluntarios que dan su tiempo y su mejor sonrisa a todos los jinetes y a sus familias.

MIL GRACIAS A TODOS.
Miguel y Marivi 





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